Historia

La Finca Mac-Kay es una casona canaria del siglo XVI, perteneciente a una finca agrícola a las afueras de La Laguna y de camino a Santa Cruz. Entre sus ilustres visitantes se encuentra el famoso capitán inglés James Cook -geógrafo, cartólogo y descubridor- quien se alojó en la finca a principios del mes de Agosto de 1776. Una de las principales razones por las que eligió alojarse en esta finca fue porque desde la misma casa divisaba el Endeavour, su bergantín de tres palos, fondeado en la rada de Santa Cruz.

El nombre de la finca – Mac-Kay- corresponde al nombre de su propietario escocés. Posteriormente, la finca adoptó el nombre de “Macario”. En el año 1951 fué adquirida por la familia Marchal de origen francés que encargó la restauración del edificio a los arquitectos Tomas Machado y Francisco Bassó respetando totalmente la arquitectura canaria y dando como resultado el actual aspecto majestuoso de la finca.

Tras la adquisición por parte de la familia Marchal la finca recuperó su nombre original de “Finca Mac-Kay”. El Capitán Cook estuvo en Tenerife. Se detuvo en la Isla varios días, durante los cuales residió en una amplia y hermosa casona que aún se alza hoy, a un tiro de piedra de Santa María de Gracia, extramuros de La Laguna…

Ese héroe, esa figura legendaria, geógrafo, cartógrafo, descubridor y escritor de auténtica categoría, quién sabe si para romper con la monotonía azul de su existencia marinera se adentró una y otra vez en la Isla y al amparo de la hospitalidad amiga se refugió en la vieja casona de Macario, discreto altozano desde el que también se puede otear, si se quiere, la mar. Rodeada de silencio, de arbustos y del sol, la casa de Mac Harrich, sobre la que la fonética isleña hincó su lima y la convirtió en Macario, guarda la sombra espectral de aquel hombre de hierro.

Eliseo Izquierdo